El trato de los libros téngalo por el más seguro y más individual de todos. Él me asiste y socorre siempre; me consuela en la vejez y la soledad; me quita el peso de una ociosidad tediosa; me libra a toda hora de las compañías que me enfadan y suaviza las punzadas de dolor si no son muy extremas. Para distraerme de una idea inportuna no tengo más que recurrir a los libros, los cuales rápidamente me absorben y me apartan de ella. Ademas no se irritan viéndome que solo los busco a falta de ventajas más reales, naturales y vividas, y siempre me reciben con la misma cara.
Nunca, ni en paz ni en guerra, viajo sin libros, pero a veces pasan muchos días, y aun meses, sin que los utilice. Pienso siempre que los usaré mañana, mas el tiempo corre, y yo sigo reposando en la consideración de que los tengo a mano para solazarme con ellos cuando me apetezca, y pensando en el mucho socorro que dan a mi vida.
Montaigne
A la Fran
t'estimou.
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